
Cuando uno empieza a conectar con las prácticas y las tradiciones orientales es posible que también empiece a escuchar esto del autoconocimiento, o «conocerse a uno mismo». En este sentido es lógico que uno se pregunte… ¿Qué quiere decir conocerse a uno mismo?
Puede que refiera a qué cosas me gustan y cuáles no, qué vocación tengo, o muchas otras cosas. Pero también puede que no sea una idea tan auto-centrista, y me permita entender algunas cosas de mi realidad.
En las tradiciones budistas existe lo que denominamos meditación vipassana. Una forma de profundizar en nuestra mirada sobre la realidad última de las cosas. En esta entrada quiero contarte mi mirada sobre como conocerse mejor a través de esta práctica.
Autoconocimiento o sabiduría
Usualmente tomamos las palabras conocimiento y sabiduría como sinónimos, pero en realidad tienen algunas diferencias sustanciales.
El conocimiento refiere a un acercamiento teórico, un desarrollo conceptual o simbólico sobre algo. Podemos conocer las consecuencias de fumar cigarrillos por ejemplo, o podemos conocer datos históricos sobre quién arribo antes a las Américas.
El conocimiento no implica nada más que el simple hecho del registro simbólico sobre una experiencia o un dato. Es por ello que conocemos, por ejemplo, que en el budismo se dice que el apego, es una causa del sufrimiento. Por lo tanto, conocer esta referencia, conocer ese dato, nos permite entrar en contacto con ese aspecto simbólico.
La sabiduría en cambio supone una decantación del conocimiento. Refiere a una profundización sobre el aspecto conocido, una toma de conciencia y un accionar en relación a ello. De esta manera, la sabiduría sería aquello que nos permita erradicar el hábito de fumar, por ejemplo. Es a partir, no sólo del conocimiento de sus consecuencias, sino de la observación interna de sus causas, de sus efectos, y de los elementos necesarios para poder erradicarlos que la sabiduría nos permitiría solucionar ese hábito
La sabiduría entonces, está más vinculada con la consciencia y la acción. Con la experiencia interna y el haber transitado un proceso con plena consciencia. Es por ello que una persona puede conocer muchas cosas, pero lograr cierta sabiduría sobre el tema sólo se lograría a partir del contacto profundo con la experiencia
¿A dónde nos lleva el autoconocimiento?
Solemos darle mucha importancia a este concepto del autoconocimiento. De alguna manera conservamos la idea de que somos una entidad, es decir, de que cada uno de nosotros tiene una sustancia que lo conforma. Cuando hablamos de autoconocimiento pensamos que tenemos que entrar en contacto con esa sustancia inmutable y reconocerla.
De esta manera empezamos a prestar atención a qué cosas nos gustan o nos llaman la atención en un momento determinado, muchas veces pensando que perdurará por siempre. También vemos qué disfrutamos y que no disfrutamos y pensamos en acercarnos a eso.
Es probable que iniciemos un proceso terapéutico o psicoanalítico, que profundice en los diferentes condicionamientos que tuvimos en nuestra vida y que nos llevaron a tener un estilo de comportamiento o un temperamento en particular.
Entonces podemos entender este autoconocimiento en diferentes niveles.
– Un nivel sería el nivel de reconocer qué nos gusta y qué no. También podemos entender qué queremos para nusetra vida y qué no queremos en nuestra vida. Podemos observar nuestras reacciones y trabajar en cambiarlas si no nos agradan o no coinciden con nuestros valores y nuestra intención.
En un segundo nivel de autoconocimiento, podemos ser más conscientes de nuestras experiencias tempranas emocionales. Podemos llegar a entender de una manera más compleja y personal, los diferentes factores que influyeron para que mi reacción sea de una determinada manera. En este sentido entran las experiencias tempranas como también las experiencias transgeneracionales, por ejemplo.
Pero todas estas concepciones del autoconocimiento son pensadas en base al entendimiento de que existe un ego permanente e independiente. Es decir, suelen no tener en cuenta la complejidad del contexto, la inter-relación con los demás factores y también la impermanencia, la mutabilidad de todas las cosas.
El desarrollo de la sabiduría
En las prácticas de donde proviene el mindfulness existe el concepto de Vipassana que significa visión cabal o profunda y que muchos reconocen con el término de insight.
Dentro del mismo budismo, algunos creen que existe una técnica meditativa llamada Samatha y otra Vipassana, pero estas palabras no se emplean como técnicas de meditación sino como aspectos de la mente que cultivamos mediante la meditación.
Desarrollar Vipassana o Conocimiento directo quiere decir entrenar la mente y el corazón a conocer directamente la naturaleza fundamental de toda experiencia. Es una práctica que difiere de la de pacificar la mente (shamata) y pretende conocer la realidad última de las cosas.
En la tradición oriental, para poder ver el estado pristino de la mente, es decir, para poder ver la naturaleza de la mente, es necesario estar libre del constante ruido mental y de lo distorsivo que puede ser nuestra mirada. Además de tener una mente ecuánime es preciso profundizar en la experiencia. Es decir, que para poder acercarnos a la verdad, es necesario el contacto directo con el hecho más que la conceptualización del hecho.
El desarrollo de la sabiduría entonces, es la posibilidad de conectacto directo con la realidad sin nuestros condicionamientos previos. De esta forma poder llegar a observar cuestiones tales como la impermanencia (la mutabilidad de todas las cosas), la interdependencia (la relación de todos los fenómenos) o la imposibilidad de encontrar un «yo».
La meditación, entonces, propone el entrenamiento en estos estados mentales de calma y de visión profunda, como una manera de desarrollar la sabiduría necesaria para poder tener una vida más plena.
Podríamos decir entonces, que en el mindfulness, el autoconocimiento no tiene tanto que ver con qué me gusta o qué no, sino con la posibilidad de calmar nuestra mente para poder observar de una manera directa las causas del sufrimiento.
Autoconocimiento puede ser el nombre que le demos a este proceso de observación interna. De exploración directa.