Cómo cerrar bien las relaciones.

mujer sentadaEl amor no es suficiente. No suele serlo. Al amor hay que acompañarlo con acuerdos, con atención, con compasión y comunicación asertiva. Al amor es necesario alimentarlo de afecto, de maneras efectivas de transitar las dificultades y de compromiso. Cuando no sucede o cuando simplemente no hay suficiente amor, es probable que lo mejor sea terminar la relación.
Pero ese cierre puede tener serias consecuencias. Después de un cierre, muchas personas no quieren iniciar una nueva relación, quedan dolidos con la situación. Otros simplemente saltan a otra relación, como si estuvieran cambiándose de camisa. Cerrar bien una relación es sumamente importante porque muchas veces depende de eso el resultado de la siguiente.

Sostener una relación no es fácil. No suele serlo. Y menos en estas épocas donde el valor que se le da a la pareja quedó por debajo del valor que se le da al bienestar individual. Unos cincuenta años atrás la familia era la célula necesaria para formar la sociedad. Esta se sostenía con mecanismos de producción culturales y económicos que facilitaban e impulsaban la unión del grupo familiar. En este contexto la pareja y la familia, eran mantenidas a pesar de los avatares y las malas cosas que pudieran suceder, a pesar de la mala comunicación, las mentiras o la violencia.
La sociedad y la economía fueron cambiando. Hoy vivimos en una sociedad más individualista, pero también más justa o igualitaria. En estas condiciones, muchas veces, es preferible terminar una relación que no está aportando nada bueno a la vida. Esto facilita que hoy en día se viva en monogamias secuenciales, es decir relaciones intensas de unos cuantos años y luego otra relación de unos cuantos años, ya no «el amor para toda la vida».
En este terreno se van abriendo nuevas necesidades que hay que aprender a leer.
Una de ellas es cerrar bien las relaciones que se terminan.

Cerrar las relaciones:

Dice el filósofo Zygmunt Baumann que ya no existe la idea de que el amor es eterno, los requisitos para el amor se han simplificado, y el conjunto de experiencias definidas con el término «amor» se ha ampliado extraordinariamente.
El problema, añade, es que cuando la calidad y profundidad de una relación no nos dan sostén, tendemos a buscar el remedio en tener más y diferentes relaciones. Por lo tanto puede llegar a pensarse que la próxima relación será la buena.
Amar profundamente significa comprometerse, y el compromiso impide estar en el mercado de las relaciones, donde nos resulta tan importante cotizarnos para, paradojicamente, alcanzar el anhelado objetivo de relacionarnos.
Estas condiciones lleva a transitar situaciones de cierres de pareja varias veces en la vida.
Es necesario cerrar bien las relaciones. Cuando se pretende construir sobre las cenizas, los enojos o lo que quedó pendiente, es difícil poder sostener lo nuevo. La nueva construcción sufre de la inestabilidad de lo que está por debajo. Al cerrar bien una relación, al cerrar consciente y amorosamente, lo que uno construya arriba puede edificarse sólidamente.
Para Joan Garriga «El vínculo con las parejas anteriores necesita ser despedido, dejado atrás, para que otra pareja o un camino propio puedan materializarse con renovada fuerza.»
Pero ¿cómo se cierra bien una relación?
En principio transitando el duelo con todo lo que esto trae. Es decir, las diferentes instancias emocionales que suponen la elaboración de la pérdida. En un principio es más probable que haya momentos de negación, rabia, enojo y tristeza, luego una búsqueda de explicación, un regateo (un intento de seguir sosteniendo la relación de alguna forma) y también diferentes formas de comprender lo sucedido. En etapas más avanzadas uno comienza a tener la posibilidad de aceptar, soltar el vínculo y lo que ese vínculo también traía como proyectos. En ese momento es probable que la reinversión de la energía en uno se haga más completa.
Para transitar ese duelo es necesario entregarse a las diferentes etapas, al dolor de la herida, al miedo al porvenir y a la frustración de los proyectos. Es preciso que transite esas turbulencias emocionales. Esas diferentes etapas irán apareciendo y desvaneciéndose progresivamente, cada vez con menos fuerza, hasta que finalmente uno sienta que ya puede abrirse a una nueva relación.
Hay personas que pretenden cerrar el pasado con mucho resentimiento y con mucha amargura, esto genera una ilusión de fuerza que es momentánea. Es entonces cuando tratan de construir un edificio sobre cenizas y ruinas. Ese edificio siempre es débil.
Siguiendo la postura de las Constelaciones Familiares, las nuevas relaciones deben construirse sobre el amor de la anterior, sobre lo bueno de la anterior, dignificándola, reconociéndola como importante y como necesaria. Cuando una persona intenta saltar de esa relación, creyendo que la próxima será la buena y que la anterior es la negativa o la mala, cuando hay desprecio, ese desprecio permanece intoxicando la relación siguiente.
«Sobre el rechazo no se construye bien, porque lo que rechazamos siempre está detrás de nosotros persiguiéndonos, reclamándonos energía. Es importante otorgar un buen lugar a las parejas anteriores, integrar y cerrar el pasado tomándolo con amor. Por tanto, una relación concluye sanamente cuando, con el tiempo necesario, en el interior vuelve a fluir el amor desde otro lugar y en el exterior quedan claros los límites.» (Joan Garriga- El buen amor en las parejas).
Hay un ejercicio de conciencia que suelo sugerir en situaciones donde la persona necesita cerrar una relación. Invito a la persona a realizar una meditación diaria. Generar un espacio relajado y de aceptación. En ese contexto lo invito a traer algo de lo que quedó pendiente con su pareja anterior. Algo que necesita lamentar, que no haya pasado o que haya pasado de una manera que generó dolor. Algo que no haya podido dar. Alguna deuda. Después de reconocer eso, invito a que lo lamente desde lo profundo de su ser, que se emocione si es necesario y que lo suelte, que lo deje ir. Así uno puede lamentar lo que no pudo dar, lo que dio y resultó doloroso, lo que nunca será. También puede lamentar lo que no le fue dado, lo que se le dio y resultó doloroso. Al lamentar, se suelta, como cuando una deuda es saldada.
Después en el mismo contexto, invito a que traiga a su consciencia lo que en esa relación fue bueno, lo que puede agradecer. Lo que siente que se le dio y generó un bien. Lo que cree que pudo tomar de la relación. Los buenos momentos vividos, las buenas experiencias, la contención. A todo lo maravilloso que tuvo la relación le doy un lugar y lo agradezco con amor. De esta manera, desde el reconocimiento amoroso, también suelto la relación.
Contrariamente a lo que se cree, agradecer es un cierre, es una manera de soltar amorosamente. Esto puede hacerse con la persona delante, pero cuando no, lo puedo hacer con una meditación, o escribiendo un papel e imaginando que la persona está delante mío al recitárselo.
Lamentar y agradecerse es lo que permite ayudar al duelo para cerrar bien una relación.
 
Lic. Rodolfo Falcón.

5 comentarios en “Cómo cerrar bien las relaciones.”

  1. Pingback: Las parejas y las redes sociales. - Rodolfo Falcón

    1. Hola Juan, antes que nada perdón por la tardanza en la respuesta, se debe no sólo a condiciones personales, sino también al escaso conocimiento de la plataforma. Estoy aprendiendo.
      Básicamente la comunicación asertiva se da cuando las personas se comunican desde el respeto y la claridad para con sus semejantes.
      Tiene que ver con la actitud y la apertura que uno muestra en la comunicación. Si hablás desde la apertura, el respeto y la consideración por lo que dice tu interlocutor, entonces tu comunicación es asertiva.

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