
Sin embargo el paso del tiempo y mi inconsciencia fue haciendo de mi un cúmulo de exigencias y ambiciones. No sólo el paso del tiempo y mi inconsciencia sino también mi historia familiar, la sociedad, el miedo, la economía, la cultura y lo que fue sucediendo alrededor mío.
Fui desarrollando hábitos de producción y adaptándome a la sociedad de consumo, donde es más importante consumir y valorarte por lo que tenes que prestar atención a otros aspectos de tu humanidad.
Habiendo ya terminado la facultad de psicología, tuve contacto con un centro donde comencé a practicar meditación vipassana. Ese contacto transformó mi vida en muchos sentidos, me permitió darme cuenta del innecesario esfuerzo que estaba realizando para vivir. Fue mi primer contacto con el concepto wu wei, una idea taoísta que refiere a la no acción. Más tarde realicé un curso de Mindfulness y comencé a leer sobre el tema y pude observar lo que era obvio en la práctica misma.
No esfuerzo.
Una de las actitudes del Mindfulness es la actitud del no esfuerzo. Suena paradójico ya que meditar, prestar atención consciente sin juicio, momento a momento es una actividad que implica un esfuerzo mental sostenido. Es mucho más costoso cuando uno no está acostumbrado, por lo tanto es probable que en los primeros acercamientos genere cansancio, mareos, o jaquecas. Sin embargo la idea del no esfuerzo tiene que ver con otra cuestión completamente diferente.
No existe en la meditación mindfulness un PARA QUÉ. Es decir, no se medita con el objetivo de conseguir o lograr algo. No lo hacemos para lograr la iluminación, ni para relajarnos ni para bajar el estrés, no hay objetivo. Pero en una sociedad donde se estimula a los niños al límite del agotamiento, es impensable dedicarse un rato a no hacer nada.
Es normal, entonces, sentarse y pensar que uno debería estar haciendo algo. Que debería estar aprendiendo más, ganando más dinero, asegurándose más su futuro o alguna cuestión por el estilo. Este es el modo Hacer, el modo en el que habitamos gran parte del día y en que se encuentran las sociedades actuales.
Es probable que debido a esta constante presión social y ahora económica, dominada principalmente por el miedo y la ambición, que hay un estallido generalizado de estados de estrés agudo, crónico y trastornos de ansiedad. El querer, constantemente resolver lo que depende de nosotros, y también lo que no depende de nosotros, lo presente y lo futuro inevitablemente nos lleva a permanecer en un estado de alarma constante.
Es normal, entonces, sentarse y pensar que uno debería estar haciendo algo. Que debería estar aprendiendo más, ganando más dinero, asegurándose más su futuro o alguna cuestión por el estilo. Este es el modo Hacer, el modo en el que habitamos gran parte del día y en que se encuentran las sociedades actuales.
Es probable que debido a esta constante presión social y ahora económica, dominada principalmente por el miedo y la ambición, que hay un estallido generalizado de estados de estrés agudo, crónico y trastornos de ansiedad. El querer, constantemente resolver lo que depende de nosotros, y también lo que no depende de nosotros, lo presente y lo futuro inevitablemente nos lleva a permanecer en un estado de alarma constante.
En la filosofía taoísta se habla del wu wei, la «no acción», que también podemos considerar como el «no esfuerzo». La no alteración del Tao (o camino). Supone que las cosas fluyen de acuerdo a su naturaleza y que es el hombre con su intención alterada lo que modifica esa naturaleza. Un árbol no hace esfuerzo para crecer, simplemente surge en el medio ambiente que le corresponde y ahí se desarrolla; y a esa capacidad se le llama virtud. Cuando el hombre está en contacto con su virtud puede fluir adecuadamente. Pero en una sociedad alterada por el desarrollo de la ambición y la conquista del miedo, el hombre debe esforzarse para no esforzarse. Debe esforzarse para conectar con el ser. Con la no búsqueda de constantes soluciones, con la aceptación del momento presente tal como este es.
Esperar resultados, controlar, es lo que hace que uno permanezca en estado de esfuerzo.
Si cuando estamos haciendo una tarea, simplemente la hacemos sin irnos a nuestra idea de cómo deben ser los resultados, pasaremos del esfuerzo al gozo. Si en cada momento presente estamos en atención plena, sin esforzamos por irnos del lugar, de la acción, nuestra vida se convierte en un estar siempre aquí y ahora. Este no esforzarse nos lleva a la vivencia de lo que esta ocurriendo ahora, que es lo mas importante y la experiencia mas grande que tenemos.
Si cuando estamos haciendo una tarea, simplemente la hacemos sin irnos a nuestra idea de cómo deben ser los resultados, pasaremos del esfuerzo al gozo. Si en cada momento presente estamos en atención plena, sin esforzamos por irnos del lugar, de la acción, nuestra vida se convierte en un estar siempre aquí y ahora. Este no esforzarse nos lleva a la vivencia de lo que esta ocurriendo ahora, que es lo mas importante y la experiencia mas grande que tenemos.
Es importante entender esta idea de no esfuerzo, no como un acto de pasividad, sino como un acto de contemplación, con reconocer nuestra intención de control y nuestra ambición. Entender la lucha, como la lucha que nuestra mente realiza al contactar con la realidad. Cuando la realidad no se ajusta a lo deseado o esperado se produce una lucha interna, un esfuerzo interno muy contraproducente.
Es el mismo acto de contemplación, de atención plena que además de regular nuestro organismo y disminuir el estrés, propone una aceptación de todo lo que allí acontece, tal como es (modo ser), puede llegar a ordenar nuestras acciones desde otro lugar, dirigiéndonos a una posibilidad de responder desde una conciencia clara.
Es el mismo acto de contemplación, de atención plena que además de regular nuestro organismo y disminuir el estrés, propone una aceptación de todo lo que allí acontece, tal como es (modo ser), puede llegar a ordenar nuestras acciones desde otro lugar, dirigiéndonos a una posibilidad de responder desde una conciencia clara.
En principio a mi me ayudó para ordenarme con aquellas cuestiones que me impulsaban a atiborrarme más y más de tareas. Me llevó a tomar no más trabajo del que siento que está bien para mí.
Entender el no esfuerzo, y los modos de «ser» y de «hacer» son un manera apropiada de ir captando una de las ideas centrales del budismo y del mindfulness. Tomar el camino del medio.
Lic. Rodolfo Falcón.