Mujeres sanando. Una reflexión.

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Abusos y conciencias

¿Por qué tanto revuelo? Si esto ya lo escuchamos mil veces, ¿por qué la denuncia de Thelma Fardín tuvo tanta repercusión? Los abusos y las violaciones suceden en los noticieros cotidianamente… ¿Qué fue diferente?

Ya pasaron dos semanas de la mediatización del caso de Thelma Fardín y Juan Darthes. Si querés podés leer esta reflexión que subí al Facebook de mi página. Diez días después me puse a pensar en algunas cuestiones que hacen de este un caso especial.
Lo primero que me pregunté fue:
¿Por qué este caso fue de tanta influencia?

El consultorio fue una revolución, todos los días llegaron pacientes revolucionados, emocionados o motivados por las declaraciones, a trabajar sobre diferentes aspectos de sus sufrimientos. De alguna manera tuvieron el coraje para traer esos profundos dolores.

Me llamó la atención el profundo impacto que generó y entonces me pregunté qué aspectos habían hecho de esta situación, una situación diferente.
Entendí que había diferentes aspectos relacionados. En primer lugar obviamente el momento histórico. El feminismo viene dando diferentes luchas en diversos aspectos, y si bien hace ya muchos años de esto, en este año alcanzó un grado de exposición notable. Gracias a estos cambios la forma de pensar a la mujer ha cambiado, aunque aún falte mucho por hacer.

Pero no considero que haya sido eso sólo. Las palabras elegidas en el discurso, el colectivo de mujeres que la acompañaban y el uso de unos hashtags potentes completan el cuadro.

#miracomonosponemos

El hashtag más usado hace referencia a la reacción y a la grupalidad.
El grupo de mujeres actrices acompañó a Thelma y luego todo el género femenino se sumó. Con un componente emocional fuerte, utilizando la frase que supuestamente usó quien en este caso está acusado de perpetrador.  De esta manera se genera un impacto emocional fuerte. Ya no es la víctima pasiva que escucha como el abusador le dice «mirá como me ponés», ahora es el colectivo femenino que reacciona y dice «mira cómo nos ponemos».
Pero lo importante de esta frase es que está escrito en plural. Son todas las mujeres las que responden; porque en realidad son todas las mujeres las que sufren la misma opresión del sistema. Ese respaldo genera una cohesión y una fuerza que permiten la unión y el empoderamiento. Todas forman parte del género.
Si bien hubo algunas reacciones adversas, algunas por elecciones políticas, otras por mantener el mismo pensamiento que tenían antes, la mayoría se asoció a la idea de poder reaccionar y cambiar un sistema que las infravalora.

#yotecreo

Otro hashtag muy interesante y muy bien elegido.
A la idea de grupalidad, de empoderamiento y de acompañamiento se le agrega esta frase. Durante muchos años (incontables), las diferentes situaciones de abuso fueron ocultadas incluso hasta en las familias. Padres y madres proponían no decir nada, o terminaban por no creerle a sus propias hijas cuando decían haber vivido una de esas situaciones. Las familias, condicionadas por un sistema patriarcal pretendió durante mucho tiempo ocultar, meter debajo de la alfombra las diferentes situaciones. Mujeres, madres y abuelas hicieron la vista gorda frente a los abusos vividos por sus hijas o  nietas a manos de un padre, un hermano o un tío abusador. E incluso en muchas de esas situaciones directamente no les creyeron, dejando que las personas vivan el abuso en la más absoluta soledad. Por esta razón también, muchas veces las mujeres decidían no contar nada, no hablar, no decir, porque total no le iban a creer…
En esta frase las mujeres hacen hincapié en una parte importante, darles credibilidad frente a las situaciones de abuso. «Yo creo en esto que me estás diciendo. Contame porque no vas a ser juzgada de mentirosa.»
Esta frase es sumamente importante.

#noesno

Este tercer hashtag hace referencia a los límites. La apropiación del propio cuerpo. La posibilidad de establecer que el cuerpo femenino no le pertenece ni a los hombres ni (agregaría yo) al estado. Porque la incumbencia de este punto no es sólo en lo intrafamiliar; acá se está también cuestionando a los sistemas jurídicos que legalizan y también legitiman ciertas prácticas y comportamientos como los abusos.
No es no, habla de la posibilidad de la mujer de elegir y también obliga al hombre a revisar las maneras que tiene de acercarse.
El consentimiento es necesario para permitir el contacto.
A la idea de grupalidad y de legitimidad se le suma la apropiación del cuerpo, transformándose la mujer, finalmente, en un sujeto y saliendo del lugar de objeto que el condicionamiento patriarcal promovió durante tantos años.

Los hashtags no fueron casuales. En el discurso de Thelma también se refirió a “dejar de cuidar” tanto a la familia como al perpetrador y este es un último concepto clave que creo que alentó a muchas a poder hablar. La persona que no habla, muchas veces no lo hace porque cree que así está protegiendo, esta cuidando a los padres que sufrirían si se enterasen. Muchas veces cargan con el dolor para que otros no sufran y de esta manera se sigue perpetuando un comportamiento que desde las sombras sigue creciendo.

Conclusión

Hoy por hoy celebro que se haya hablado como se habló. Soy hombre, claro está, y tampoco estoy limpio de condicionamiento patriarcal, al igual que la mayoría de hombres y mujeres. No se trata de enojarme conmigo, sino de revisar, pedir disculpas, y perdonarse. De aprender a moverse y pensar de nuevas formas, más respetuosas.

Finalmente me gustaría hacer unas excepciones, unas últimas palabras para tener en cuenta. Creo que hay dos grande riesgos o cuestiones a tener en cuenta con respecto a las situaciones de abusos. La primera es que la mediatización genere una especie de confusión en dónde se pierde el verdadero foco del problema, en donde a partir de la multiplicación de situaciones el efecto pierde fuerza.
La vulgarización del dolor.

El segundo tema que hay que revisar es considerar que lo negativo no es el hombre en sí mismo, sino cierto aspecto que se han desarrollado y que históricamente y tal vez biológicamente están relacionado con lo masculino. En este sentido podemos ver asociados a lo masculino a la violencia, la prepotencia, la fuerza, la agresividad, la incapacidad para dialogar, el no presentar sentimientos, entre otros. Sería bueno poder equilibrar estas fuerzas y no que lo femenino se transforme en aquello que está queriendo erradicar como anuncia Rita Segato en este artículo..

Espero que como sociedad podamos crecer y reflexionar sobre nosotros mismos. No sólo a partir de los abusos, propongo pensarnos y acompañarnos en un crecimiento compartido. Como decíamos en Grupo Red, la primera institución que trabajé, transformando una frase de Paulo Freire:

Nadie sana a nadie.
Nadie sana a nadie.
Los humanos nos sanamos en comunidad.

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