Samatha – La meditación de la calma mental

samatha calma mental

Samatha es un término pali que quiere decir calma mental o tranquilidad. Refiere a uno de las dos cualidades de la mente que se pretende entrenar con la meditación.
Al iniciar el viaje de la meditación uno va encontrándose con diferentes acepciones y formas. En los últimos años se ha hablado mucho sobre la «meditación».

Dentro de lo que se denomina meditación hay un sinfin de actividades que incluyen las meditaciones tradicionales budistas, prácticas yoguis, control mental, las que corresponden a las relacionadas a la new age, entre muchas otras. El término meditación se ha expandido tanto que ya no refiera a nada en particular.

Sin embargo, en estos últimos años, las prácticas meditativas un interés cada vez mayor por parte de la ciencia occidental, son las prácticas budistas. Hoy quiero referirme a la meditación que desarrolla la calma mental, es decir las meditaciones que desarrollan el samatha.

La meditación Samatha

Siguiendo a Alan Wallace podríamos decir que hoy en día existen dos grandes problemas con respecto a nuestra capacidad de atención. Por un lado la hiperactividad. Cada vez más niños y adolescentes son diagnosticados con hiperactividad, pero también un porcentaje muy alto de adultos sufre de estrés o burn out. Por otro lado el déficit de atención, la incapacidad de poder prestar atención o concentrarnos.

Nuestro estado mental suele tener dificultades para estar atento y muchas veces se encuentra dividido, afectado por emociones negativas o un sentimiento de insatisfacción constante. En este estado es difícil poder observar la realidad y conectar con ella como realmente esta es. Nuestro estado mental normal podría compararse con agua turbulenta y llena de lodo, tan contaminada por la suciedad que no deja pasar la luz.

La meditación Samatha calma la turbulencia de la mente y permite que se asiente el lodo, de tal forma que el agua alcance transparencia, brillantez y claridad.

No hay ninguna técnica de meditación que se llame samatha, sino que algunas prácticas de meditación son propicias para entrenar esta cualidad mental. Así se refiere en los textos clásicos. Sin embargo sólo por cuestiones prácticas vamos a denominar meditación samatha a las que preferentemente entrenan esta cualidad mental.

Incluso dentro del mismo budismo hay interpretaciones equivocadas sobre la meditación. Algunos creen que hay un tipo de técnica meditativa llamada Samatha y otra Vipassana, pero en realidad estos dos conceptos refieren a cualidades mentales. Estas cualidades mentales son entrenadas de maneras diferentes. Sin embargo siempre que entrenemos la cualidad de la calma mental estaremos entrenando también la cualidad de la visión clara o vipassana y viceversa.

La meditación Samatha calma la mente y orienta el sentido de la conciencia, fomenta las emociones positivas y expande nuestra perspectiva. Pero… ¿Cómo se realiza esto?

Métodos tradicionales de meditación Samatha

Antes de hablar del «método», debemos comprender que la meditación es un proceso gradual y no una práctica esporádica o aleatoria. Por más que utilicemos diferentes técnicas o diferentes formas de practicar, en la mente estaremos trabajando sobre los mismos aspectos. Es decir, podemos imaginar la técnica del cuadrado para regular nuestra respiración, pero en nuestra mente estaremos entrenando una de sus dos cualidades.

Las prácticas que pacifican nuestra mente suelen ser prácticas de concentración en un punto. En este sentido uno puede centrar su atención en la llama de la vela, un mantra, una emoción o en el proceso de la respiración.

Podemos pensar entonces que una primera etapa de la práctica consiste en aquietar la mente y salir de los procesos de actividad diarios. Es decir, necesitamos salir del ritmo cotidiano del que uno viene. Cuando tenemos un día agitado, pareciera difícil poder quedarnos quietos en la respiración ya que la mente corre de un lado al otro. Sin embargo es la práctica de anapanasati, observación de la respiración, nuestra mejor aliada en estas situaciones.

Las demás prácticas pueden sentirse más forzosas a la hora de buscar la quietud. En cambio atender nusetra respiración, sin modificarla es algo mucho más directo, natural y espontáneo. Simplemente porque la respiración está siempre a nuestra disposición, no necesitamos forzarla.

El seguimiento de la respiración

La práctica de anapanasati corresponde al seguimiento de la respiración. La respiración debe ser entendida como un objeto de anclaje. No se pretende modificar o ser un experto de la respiración como en algunas prácticas yóguicas. No buscamos inducir en la mente un estado diferente de manera forsoza, en realidad buscamos dejar de alterar el estado mental.

Estamos adiestrando la mente en un objeto neutro y esa es la mejor forma para fortalecer la atención y permitir la relajación. Durante la práctica mantenemos la intención de soltar tanto los pensamientos que recurrentemente aparecen, como las tensiones corporales. También soltamos la necesidad de manipular nuestro entorno o de controlar nuestros procesos internos. Simplemente focalizamos la atención y evitamos la reacción.

De esta manera

El seguimiento de la respiración permite desarrollar un nivel de concentración que raramente se experimenta en nuestra vida normal; para muchos después de hacer esta meditación es una revelación sentirse tan conscientes. Consiste en transformar la respiración en un acto consciente, voluntario.
La mayor parte de los estudios científicos realizados hasta la fecha también se basan en este tipo de prácticas, además de las de meta.

Cuando la atención es estable uno esta plenamente consciente de lo que ocurre en el cuerpo y comienza a contemplar la naturaleza de los fenómenos. Comienza a observar el surgir y el cesar de todos los procesos del cuerpo y de la mente. Observa el aferramiento, la impermanencia, por eso a este proceso de la práctica se lo conoce como «Vipassana» o «Visión directa».

Niveles de profundidad en la meditación Samatha

No cabe duda que todo esto es sublime y es algo que puede estar al alcance de cualquier meditador regular. Sin embargo la meditación no siempre es así. En algunas ocasiones el meditador pasará por periodos en que meditar significa batallar con una mente llena de deseo insatisfecho, ira o conflicto. En estas ocasiones la meditación representa una tarea ardua.

Aún cuando se experimentan dificultades, la meditación es un trabajo realmente útil debido a que nos permite tener un control gradual de estados mentales torpes, tanto en las sesiones de meditación como en el resto del día.

A pesar de que la meditación Samatha es una preparación para la práctica Vipassana, debe estar claro que no es algo simplemente preliminar. No es algo que tengamos que llevar a cabo a prisa para poder así empezar con el trabajo auténtico.

De hecho, en la tradición budista se dice que el Buda se «iluminó» mientras estaba prestando atención a su respiración. Lisa y llanamente. La práctica de Samatha en sí misma es el vehículo para pacificar nuestra mente. Y si bien, uno puede imaginarse a un monje que medita diez horas diarias, logrando este estado, también podemos pensarlo gradualmente. Es decir, si invertimos un rato diario, cuarenta minutos al día, es probable que sintamos algo de esa tranquilidad.

Esto puede traer efectos muy positivos no sólo en el sentido de la calma sino también en la estabilidad de nuestra atención. Al practicarla regularmente podemos literalmente modificar nuestras estructuras cerebrales y así contrarestar los efectos de nuestra vida acelerada. El cerebro empieza a cablearse diferente permitiéndonos estar más conscientes y más atentos en nuestro día a día.

De hecho en el sutra de sattipathana de dónde proviene el mindfulness, el buda habla de diferentes estadíos en la atención a la respiración. Yendo de los niveles más burdos a los más sutiles. Camino de la iluminación

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio